La importancia de la vigilancia epidemiológica en la erradicación de la polio

En una pequeña clínica de Tharaka Nithi (Kenia) y acompañada por una enfermera, Amina Ismail examina detenidamente los registros de las citas médicas de los últimos meses. Su labor consiste en identificar todos los síntomas de la polio: la súbita paralización de brazos y piernas que caracteriza a la parálisis flácida aguda (PFA). Amina se asegura de que la enfermera reconozca los síntomas y sepa cómo proceder si un niño con PFA llega a la clínica. Esta detallada labor de vigilancia en colaboración con las personas que mejor conocen las comunidades ha sido el eje fundamental de la labor de la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio (GPEI por sus siglas en inglés).

Los funcionarios de vigilancia epidemiológica como Amina trabajan con un solo objetivo: la erradicación del poliovirus. Redes de trabajadores sanitarios, curanderos, líderes religiosos, maestros y padres nos ayudan a identificar niños con parálisis para luego, tras un análisis de heces, determinar si ésta fue causada por la polio. Gracias a esta información pudimos llevar a cabo campañas de vacunación con el fin de incrementar rápidamente los niveles de inmunidad en aquellos lugares en los que circula el virus, a fin de proteger a los niños contra la parálisis y privar al virus de lugares donde esconderse. Una vez logremos esto en todo el mundo, habremos erradicado la polio de la faz de la Tierra.

Nunca hemos estado tan cerca de nuestra meta. Solo quedan dos países (Afganistán y Pakistán) en los que todavía circula el poliovirus salvaje. Esto significa que los integrantes de la GPEI, junto con los gobiernos, donantes, integrantes de la sociedad civil y padres, trabajan con más ahínco que nunca para poder detectar inmediatamente el virus y acabar así con todas las cepas.

La vigilancia es uno de los elementos más importantes de la erradicación de la polio y hoy, puesto que muy pocos países reportan casos de parálisis flácida aguda, se han puesto en práctica estrategias innovadoras para detectar el virus incluso antes de que llegue a causar síntomas. 

Son las cinco y media de la mañana en Kano (norte de Nigeria). Acaba de salir el sol y mientras muchas personas ya comienzan a congregarse en los puestos del mercado o alrededor de pequeñas fogatas en las esquinas, dos hombres se disponen a iniciar su labor en una alcantarilla abierta. Empleando batas y guantes protectores, bajan un pequeño cubo para recoger una muestra de agua. A continuación, la transfieren cuidadosamente a un contenedor y, tras quitarse los guantes, la depositan en una nevera portátil que llevarán a un laboratorio para determinar si contiene el poliovirus.

Esta labor de vigilancia del agua hace posible hacer sonar las alertas en cuanto se detecta el poliovirus para así proteger a los niños en situación de riesgo. Podríamos considerar a los funcionarios de vigilancia epidemiológica como los médicos encargados de detectar la polio en el mundo. La vigilancia contra la PFA nos permite descubrir síntomas cuando ya se han producido, mientras que la vigilancia ambiental contribuye a detectar infecciones antes de que se produzca caso alguno. Para alcanzar nuestra meta debemos continuar esta labor en todo el mundo, no exclusivamente en los países donde sigue circulando el poliovirus.

Mi éxito como director de la Iniciativa para la Erradicación de la Polio de la Organización Mundial de la Salud, depende de la labor de miles de personas, incluidos rotarios dedicados, que vacunan niños, investigan nuevos sistemas para administrar las vacunas, planifican, ejercen su influencia y movilizan recursos esenciales. El seguimiento de los últimos casos de poliovirus es esencial ya que nos permite detectar los síntomas de su presencia antes de que pueda causar la enfermedad. Hemos de mantener las labores de vigilancia en todos los países, enorme empeño que requiere destreza, vigilancia y un continuo caudal de fondos hasta alcanzar la meta, pero una vez alcanzada, podremos celebrar un logro monumental: un mundo en el que todas las futuras generaciones se vean libres del flagelo de la polio. 

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Rotary International | Nov. 4, 2024